Los Reyes Magos, Papá Noel, o Apalpador, el Olentzero o el Caga Tió. Los regalos de mamá y papá, los de los abuelos maternos, los de los abuelos paternos, los tíos y las tías y los primos. Los niños y niñas acaban hiperregalados pero no “hiperjuguetones”. Las familias relacionamos los regalos como una forma de darles amor, puede que algunos padres y madres intenten compensar, de alguna manera, la falta de tiempo con sus hijos. La maestra Carlota Hernández asegura: “Todas sentimos el impulso de comprar cosas para sorprender a nuestros hijos e hijas, para ver esa cara de ¡Oh! La educación que hemos recibido y las excelentes campañas de publicidad que hacen las empresas ayudan a reforzar ese impulso”.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País