La semana en la que estamos inmersos es, seguramente, una de las más duras para muchos adolescentes, que ven cómo ha terminado ya el trimestre y se acerca irremisiblemente la carta de calificaciones a sus hogares. Pero también para sus padres, que no entienden cómo sus pequeños, tras una vida académica bastante tranquila y sin sobresaltos, aparecen en casa con varios suspensos. Lo primero que deben tener claro es que, aunque mal de muchos no es consuelo de nadie, es bastante habitual que esto suceda. El primer trimestre suele ser el más duro. Y más aún en determinados cursos.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País