Lo que inevitablemente nos lleva muchas veces a preguntarnos ¿entonces en qué quedamos? Si la recomendación es quédate en casa y cena con los convivientes ¿por qué está sobre la mesa la posibilidad de visitar a los suegros que viven en otra provincia distinta? Este lío familiar, epidemiológico y emocional nos trae a todos de cabeza, principalmente, porque la responsabilidad final de los contagios parece recaer en nuestras propias decisiones y comportamientos. Es decir, se recomiendan unas cosas, pero se permiten otras. Cuando se trata de unas fechas tan protegidas en el calendario, llegar a acuerdos desde el punto de vista racional no sólo es complicado a la hora de unificar criterios comunes, sino que además en términos emocionales puede suponer desigualdades en la pareja.
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