La muerte sigue siendo un tema tabú en las sociedades occidentales, muy especialmente cuando se trata de abordar ese tema con niños, niñas y adolescentes. Y lo es quizás, entre otras cosas, porque tendemos a pensar lo que escribe Jorge Fernández Díaz en Mamá, que la muerte de los seres queridos “siempre es inesperada e inconcebible cuando uno tiene la edad de la omnipotencia”, cuando uno aún está en esa edad en la que piensa que la vida es un juego que dura para siempre.