Cualquiera que tenga cerca adolescentes de ambos géneros habrá observado que a ellos les pirra jugar con videojuegos y que ellas se decantan por pasar horas chateando y en redes sociales. Pues bien, lo que respondía a una intuición tiene base científica. Así lo corrobora Detección temprana y prevención de adicciones tecnológicas en adolescentes, un informe realizado por la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia en colaboración con Fundación Mapfre en el que han participado 3.597 estudiantes de 13 comunidades autónomas de entre 11 y 20 años.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País