El cese de las clases por culpa de la pandemia agrandó las desigualdades educativas. Quienes no tenían una buena conexión a internet, ni ordenadores, ni habitación propia o algún familiar al lado para echarles una mano, lo tuvieron mucho más difícil para seguir las propuestas que les hacían los maestros. Esto, que intuyeron docentes, expertos y asociaciones de familias durante esos meses, lo confirma ahora un encuesta del Consorcio de Educación de Barcelona (CEB), que constata cómo un 18% del alumnado más vulnerable directamente no pudo seguir el curso escolar a distancia. Entre el resto de los escolares, este porcentaje fue residual, del 2,8%.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario