Cuando Kampala quedó confinada a causa de la Covid-19, los solteros de la capital ugandesa se dedicaron a buscar “parejas de confinamiento”, dice Allan Creed, que trabaja en márketing digital. Ni él y ni sus amigos pudieron acudir a los establecimientos locales para comprar anticonceptivos. Creed ha dependido de los preservativos gratuitos distribuidos por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU) a través de una aplicación llamada SafeBoda que los distribuye por medio de motoristas. Sin embargo, tiene tres amigos que se encuentran ahora con embarazos no planificados en mitad de sus carreras universitarias. “No nos movíamos, no trabajábamos, no pasaba nada, así que tenías mucho tiempo libre”, explica el joven de 26 años.
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