Poner límites a los niños es una tarea ardua. A veces, la línea que separa el libertinaje y el control excesivo y autoritario es muy fina y hace que los padres y madres pierdan la perspectiva y que, sin querer, se tienda hacia un lado o el otro. El equilibrio, el conseguir que la balanza se sitúe en el centro entre el apego, o vínculo afectivo, y la imposición de normas, es el objetivo a conseguir. Elisa Molina, maestra de Educación Infantil y CEO de Educar en Calma, señala tres puntos claves para relacionarnos de una forma sana con los niños: ser modelo de los hijos; la escucha activa, y entender las emociones del pequeño.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País