Una situación de confinamiento es, sin duda, complicada, y cuanto más para los niños. Acabamos de pasar una cuarentena muy estricta, dadas las circunstancias sanitarias, y parece que la segunda ola de la pandemia provocada por la covid-19 no cesa, por los que nos vemos obligados a un nuevo confinamiento, que cada día se torna un poco más severo. Un estado en el que la casa es nuestro refugio, y en ella, aumentan todas nuestras actividades, tanto laborales como escolares o de ocio, sobre todo, para los más pequeños, quienes más necesitan de esto último, pero al aire libre, en la naturaleza, y en convivencia con sus iguales, tal y como expresan numerosos estudios sobre Psicología Ambiental. Y esto escasea.
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