Desde finales de la década de los 70 del siglo pasado, el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef) acuñó una frase que revela una de las realidades más lacerantes de Guatemala: “Ser niño en Guatemala es una condición de alto riesgo”. Estudios recientes de organizaciones como Save the Children, confirman que esa situación, lejos de remitir, se ha agravado. Un reporte de la ONG, llamado Las múltiples caras de la exclusión (2018), revela que de 28 países evaluados, Guatemala ocupa el último puesto al analizar la gravedad de los riesgos de su niñez. El estudio hace énfasis en las principales carencias: salud, desnutrición, falta de acceso a la educación, trabajo infantil, matrimonios forzados, violencia extrema y embarazos de niñas y adolescentes.
Leer más [fa type=»long-arrow-right»]