Con la llegada de un bebé a la familia se alteran los horarios y caer en los brazos de morfeo durante ocho horas seguidas suele ser una utopía. Aunque un recién nacido duerme entre 14 y 17 horas de media, los padres afrontan meses, o incluso años, de privación de sueño. Un estudio reciente indica que es un fenómeno que no solo ocurre durante los primeros meses de vida del pequeño. La realidad es que la pérdida de sueño satisfactorio puede durar hasta los seis años. ¿La parte buena? Tiene solución.
Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia