Con la reorganización de horarios del colegio concertado de Las Rozas al que acuden Jimena (14 años) y Belén (10) la vida de esta familia madrileña se ha desbaratado por completo. «Las opciones que nos plantean desde el centro escolar son verdaderamente de locos. La mayor, que empieza 3º de la ESO, entra en clase a las 12:00 de la mañana y sale a las 18:20 si come en el cole. La cosa cambia si come en casa: entra en un turno de tarde a las 14:00 y sale a las 18:20. La pequeña si come en casa entra a las 8:30 y sale a las 14:30 y si come en el cole entra a esa misma hora pero sale a las 15:30. Esto deja justo media hora de diferencia de entradas y salidas entre ambas, y las clases escalonadas a lo largo de todo el día».
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