París, ocho de la mañana. Las estrechas aceras de la Rue de Chabrol, ubicada en el distrito número diez, se llenan poco a poco de padres y niños que vuelven al colegio. Para la mayoría, se trata de ‘la rentrée’, la vuelta al cole, más atípica que jamás hayan vivido. Si no fuera por las mascarillas—obligatorias para profesores y alumnos mayores de 11 años, y también en las calles de París desde el pasado viernes—, parece que nada haya cambiado: saludos efusivos, abrazos de reencuentro y la emoción del primer día abundan en la puerta del Colegio Bousset Notre-Dame.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario