Estos seis largos meses sin clases, las familias hemos estado subidas en una montaña rusa emocional que jamás podríamos haber imaginado. La alegría de los niños el 12 de marzo por pensar que estaban de vacaciones, la rabia por no poder airearse en la calle, el agobio de los mayores por teletrabajar a tope mientras los niños reclamaban ayuda para su telecole, el miedo a contagiar a nuestros seres queridos vulnerables, la claustrofobia, la felicidad por poder salir a la calle el 26 de abril, el pánico a quedarse sin trabajo… Ahora se nos presenta un nuevo reto: la vuelta a las aulas.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario