Hacer compatible una vida profesional, privada y familiar que permita desarrollar todo el potencial en cada una de estas facetas sigue siendo una asignatura pendiente en un país que adora ‘el presentismo’.
La Vanguardia
Hacer compatible una vida profesional, privada y familiar que permita desarrollar todo el potencial en cada una de estas facetas sigue siendo una asignatura pendiente en un país que adora ‘el presentismo’.
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