“Como madres hacemos algo necesario, que no es compartido como debiera y que pagamos con creces”

Decir que sí cuando en realidad es no, amoldarse, ceder. Esperar por las voluntades ajenas. Dilatar las propias. Negarlas, incluso. Engañarse, creerse ese engaño. Sacrificarse. ¿Cuántas mujeres se reconocen en esto aunque haya sido temporal? ¿Todas, la mayoría, muchas? 

El País

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