¡Mamá, quiero aburrirme!

En apenas unos minutos, Daniel Marqués Antón, de 15 años, se ha sentado y levantado varias veces del sofá, ha botado la pelota de baloncesto en el salón, ha mirado historias de Instagram a la velocidad de la luz, ha hecho de rabiar a su hermana y se ha puesto a escuchar música urbana en el móvil.

El País

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