Estás en el otro extremo de la casa y de pronto oyes los gritos de tus hijos peleándose en su cuarto. Sales corriendo y no has visto nada, pero cuando llegas consuelas al que llora y gritas justo al hermano que está al lado y ves más tranquilo, que es muy probable que sea el que tenga «menos» culpa. Esta es una situación habitual en muchas familias, como también lo es que vuelen tortas en el coche durante un viaje. «Ambos son escenarios posibles, igual de gestionables que cualquier otro. Lo que tenemos que hacer es trabajar para que no pase en ninguo», puntualiza Maribel Martínez, autora del libro «¿Cuántas veces te lo tengo que decir?» (Arpa Editores).Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: ABC