Una niña de 13 años violada por un sacerdote en Nicaragua. Una menor abusada sexualmente por su abuelo en la zona caribeña del mismo país centroamericano. En Guatemala, una víctima de 12 años violada por un funcionario gubernamental responsable de un programa de apoyo a la niñez. Y en Ecuador, otra niña de 12 con la vida rota por el incesto. Todas ellas fueron madres demasiado pronto sin que se les dieran opciones para abortar. La impunidad también sella años de dolor.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El País