Se han criado con muchos caprichos y el comentario más escuchado cuando se habla de la generación millennial (17-38 años) es que no tienen ningún motivo para quejarse porque en sus primeros años de vida fueron tratados casi como reyes. Hay mucha parte de verdad en eso, aunque esta es una certeza que se conjuga en pasado. La infancia y adolescencia de la mayoría de personas que conforman esta generación fue mucho mejor que la vivida por sus padres y, por supuesto, por sus abuelos. Pero esa etapa de bienestar ha sido un espejismo. Fue muy efímera.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia