Hay una imagen bastante común en bares y restaurantes: niños gritando, jugando, corriendo entre las mesas… Es una experiencia estresante para los padres que intentan controlar a sus pequeños y que a menudo saca de quicio a los demás comensales, e incluso a los dueños de los locales. Y esto último es lo que ha pasado en un bar de Murcia. “Todo aquel niño que esté sin supervisión materna o paterna en este bar pasará a ser propiedad del bar y será vendido como esclavo”, se puede leer en un cartel escrito con tono jocoso y colocado en el escaparate del local.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
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