La maternidad se ha convertido en un mal sueño con final infeliz para nosotros, que esperábamos con entusiasmo a nuestro pequeño Miguel. Vivimos en un aletargado estado de tristeza ante el que sería el acontecimiento de nuestras vidas. La palabra clave de esta historia no deja de retumbar mis oídos: muerte perinatal. Un cruel desenlace de una embarazo feliz que sacudió la estabilidad de nuestra familia el pasado 24 de enero, precisamente en ese momento en el que esperar era para nosotros el mejor plan que se podía tener. En realidad, nunca pensé que esto pudiese suceder, pero lo cierto es que sucede con frecuencia.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario