Nuria Labari empezó a escribir La mejor madre del mundo cuando sus dos hijas eran muy pequeñas. Escribía de manera clandestina. «Recuerdo escaparme de casa para escribir fuera, sobre todo en bares. Me sentía mal, era como tener un amante. Pensaba que eran momentos que les robaba a las niñas», cuenta. Lo terminó años después, gracias a una beca que le permitió estar fuera de casa quince días. «Sin casa, sin trabajo, sin familia… solo me dedicaba a escribir. Ni me imaginaba que iba a poder avanzar tanto en tan poco tiempo», explica.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario