Uno de cada cinco niños sufre obesidad, una enfermedad crónica que empeora notablemente la calidad de vida y aumenta el riesgo de padecer, entre otras, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes. Sin embargo, aún hay poca consciencia en la sociedad de la gravedad de esta epidemia, cuyo tratamiento más eficaz es la prevención. Para ello, la primera infancia constituye, según los expertos, una etapa crucial para la instauración de hábitos saludables y evitar desarrollar una obesidad que en la mayoría de los casos persiste hasta la adolescencia.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El País