La difícil tarea de disfrutar del ocio después de ser madre

A todo el mundo le gustan los bebés. Cuando vas por la calle con un bebé la gente te sonríe y se para a hablar contigo. Todo el mundo se enternece con un bebé, empatiza y hasta da consejos o comparte su experiencia. ¿Todo el mundo? ¿Seguro? Desde que soy madre, como posiblemente nos ocurre a todas, soy mucho más consciente de lo hostil que es una ciudad como Madrid con la infancia y, por extensión, con las familias en general y las madres en particular, pero también con todo aquel o aquella que funcione de una forma diferente al adulto medio en pleno rendimiento.
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[fa type=»file-text»]  Fuente: El Diario

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