Una de las sensaciones más comunes de los padres es el síndrome del saco roto. De qué hablamos. Te pasas su infancia y su adolescencia intentando transmitir unos valores, expresando ideas y frases que a ti te parecen muy profundas y relevantes para su formación. Y qué hace tu vástago. Parece que te escucha, asiente, pero tienes la sensación de que le entra por una oreja y le sale por la otra. Ahí está el saco roto. Pero no seamos ingenuos. A veces es así. También ocurre que en muchas ocasiones les decimos cosas que son absolutamente prescindibles. Pero hay otras que sí le sirven, que su cerebro las archiva y las sacan de allí durante su vida.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Sabine van Straaten | Unsplash