La niña sufre una discapacidad severa, pero no puede cobrar la ayuda a la que tiene derecho. “Para el sistema no existe”, escuchó Justi Carretero, su madre de acogida, al pedir la prestación. Nació en España, pero sus padres biológicos, rumanos, no la registraron en el consulado. Al poco, la Administración española asumió su tutela y pasó a vivir con esta familia. Lleva ya cuatro años en su nuevo hogar. Oficialmente, no es ni rumana ni española. Solo dispone de su partida de nacimiento. No hay un documento que acredite su nacionalidad.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El País