Cada uno llega con algo de comida y de bebida, como siempre. Dejan las viandas en la cocina. Han previsto una tarde para ellos. Sería como esas reuniones solo para hombres que había hasta hace unas décadas en el espléndido casino de Aracena (Huelva). Una logia confidencial de paso exclusivo a caballeros donde las fuerzas vivas se reúnen para discutir de sus cosas. Sería algo así si no fuera más bien lo contrario. Bienvenidos (y bienvenidas) a la reunión de un club de hombres feministas: el grupo Viento fresco de Aracena.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El País