Consultas cargadas de virus infantiles y estrés. Toneladas de estrés encerradas en salas que no dan abasto. Jornadas de siete horas que muchos días deben cundir como lo harían 14 horas para atender a los pequeños pacientes de dos y a veces tres consultas. «Trabajamos a destajo, no cobramos por asumir el trabajo de los compañeros cuando faltan y nuestros sueldos son muy inferiores a los de otros países de Europa», cuenta a este periódico R.J., una médico de atención primaria que lleva cinco años cubriendo el servicio de pediatría en un centro de salud madrileño.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo