Las consecuencias del bullying no son solo psicológicas, también físicas. Un estudio reciente del King’s College de Londres ha descubierto que una exposición continua al acoso durante la adolescencia puede provocar cambios físicos en el cerebro y aumentar la probabilidad de sufrir una enfermedad mental. «Está demostrado que el entorno y el ambiente influyen en nuestro sistema nervioso y en el desarrollo de nuestro cerebro», apunta María José Acebes, neuropsicóloga y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: ABC