En poco más de una década, el número de niños extranjeros adoptados en España ha pasado de 5.541 a 531, lo que supone una caída de más del 90%. La crisis, el cierre de los países a adopciones externas o por parejas homosexuales y el tiempo de espera explican en gran medida ese descenso. Pero nuevas voces empiezan a relacionar ese descenso también con el incremento —difícilmente mensurable por la falta de datos oficiales— de una práctica que no es legal en España, pero que centenares de familias buscan fuera: los vientres de alquiler (también conocidos como gestación subrogada), que supone que una mujer gesta y pare un hijo cuya maternidad y paternidad cede después a otras personas.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El País