Reclinado en el sofá Adrián, que ya tiene seis años, dormía plácidamente con el dedo pulgar metido en su boca. Cada cierto tiempo, lo succionaba como si fuera un chupete. Durante el tiempo que duró la siesta, el niño no permitió que ese elemento se desprendiera de entre sus dientes. La acción de “chuparse el dedo” está relacionada con una conducta habitual y fisiológica en los bebés y niños de corta edad. Incluso, a veces, este gesto ha sido captado durante la realización de ecografías en el vientre materno.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El País
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