«De lleno en nuestro siglo XXI, hablar de autoridad moral es algo que los padres dan por supuesto que tienen cuando no la tienen. La autoridad se basa en dedicación, no se supone sino que se gana cada día. Depende de la interacción y la perseverancia. Los padres suelen suponer que, por el mero hecho de ser padres, esto ya es suficiente para tener autoridad y ser respetados, pero tal pensamiento es un grave error dado que las influencias externas a la familia desafían la autoridad de los progenitores a cada instante», advierte este psicólogo.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
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