No se conoce su nombre. Sólo que es una niña, que nació el 15 de diciembre de 2017 y que marcará un hito en la literatura médica por ser la primera bebé fruto de un trasplante de útero de donante fallecida. La pequeña vino al mundo en Sao Paulo (Brasil) hace ya casi un año, aunque la noticia de su nacimiento no ha trascendido hasta ahora. Un artículo en The Lancet publica todos los detalles de la intervención que permitió su alumbramiento en el Hospital das Clínicas de la citada ciudad brasileña.
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