A Ángel Albertos le preguntaron un día en su trabajo la razón de que se ocupara tanto de sus hijos, un niño de tres años y una niña que está a punto de cumplir uno. En casa de Joaquim Montaner llegaron a ser ocho, él, su pareja y seis hijos, ninguno con más de seis años, cogieron a la vez incluso el sarampión. Hugo García es ertzaina y, aunque nunca nadie se lo dijo de forma explícita, sabe que su reducción de jornada hizo mella en la carga de trabajo de sus compañeros. Casuísticas distintas con una premisa común: compartir la responsabilidad de los cuidados y la nueva carga del hogar era no solo necesario sino inevitable. A pesar de cualquier comentario, de la dificultad para lograr la organización o la factura que pudiera pasar la ausencia.
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