Parece un hotel de lujo, pero las precauciones y el aislamiento hacen pensar que dentro de este centro en Pekín hay personas con alguna enfermedad contagiosa. Sin embargo, solo hay madres y bebés confinados para pasar la «cuarentena» tras el parto, durante la que los padres suelen quedar al margen.
En el primer mes del postparto, según la tradición china, las mujeres necesitan cuidados extremos y mucho reposo, por lo que la madre se dedica exclusivamente a descansar y el cuidado del bebé se delega a otras personas de la familia, aunque no al padre.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Razón
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