Un tuit viral del periodista Rodrigo G. Fáez quejándose de su experiencia en un restaurante en el que le tocó sentarse en una mesa cercana a la de una familia con dos niños que no dejaban de llorar y de gritar, ha vuelto a poner sobre la mesa un tema que genera inmediatamente opiniones tremendamente polarizadas. Como todo en un país, vaya, dado a los bandos y a las posiciones irreconciliables. Basta darse un paseo por las reacciones generadas por el tuit para ver claramente los dos bandos. Es un Barça-Madrid. Los hay que defienden a ultranza la queja del periodista. Para estos, si eres padre pierdes inmediatamente todo derecho a salir a comer o cenar a cualquier sitio que no sea un parque de bolas o el restaurante del Ikea. Y si no, no haberlos tenido. Para los segundos, los que se posicionan radicalmente en contra del tuit, un niño es un niño. Es lo que hay. Y si te molesta, cenas en tu casa.
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