Etiquetar a los hijos les puede hacer ir hacia arriba o hacia abajo, crecer o hundirse. Muchas veces lo hacemos sin querer. Escuchan cómo se lo decimos a otras personas y eso puede no gustarles nada, y, además, acaban creyéndolo. Muchas veces también las etiquetas se las ponen entre hermanos, y hay que observarles bien para que esto no ocurra. Debemos implicar a los hermanos también en ese tirar para arriba de ellos. Si los niños ven que confiamos en ellos, eso puede ser un gran impulso para que luchen por alcanzar las metas.
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC
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