Existe una fractura. Algunos la pueden recorrer con las yemas de los dedos. Otros conviven todos los días con ella. Atravesamos tiempos de inequidad. En los salarios, en la riqueza, en el mercado laboral, en la educación, en el hogar; en la existencia. Una desigualdad que hiende dos generaciones. Los jóvenes frente a los mayores. Diríase que el pacto generacional, que durante décadas conectó a ambos grupos, está entretejido hoy por hilos de seda. Los jóvenes, y sus bajos salarios, están haciendo un esfuerzo inmenso por sostener a 8,7 millones de pensionistas que cobran 9,6 millones de pensiones. Esta es la tarea que, como Sísifo, 4,7 millones de chicos y chicas de hasta 34 años repiten día tras día desde antes de la Gran Recesión.
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