Imagine un país en el que nadie tiene hijos durante diez años. Las consecuencias apenas serían apreciables en términos demográficos: los nacimientos se compensarían en la siguiente década. El Ministerio de Hacienda ahorraría enormemente las próximas dos legislaturas: en guarderías, en colegios, en sanidad, etc. Las empresas serían más productivas. La medida contribuiría a cuadrar las cuentas públicas, a rebajar la tensión social y a impulsar la competitividad del país. Este episodio es el que propone Manuel Blanco en «Una sociedad sin hijos» (Ed Libros, 2018) para llevar al límite el que es, según él, el mayor problema que afronta España: el declive demográfico.
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: iam Se7en | Unsplash