El apego es el vínculo emocional entre un recién nacido y sus padres o cuidadores. Es como el cordón umbilical de los sentimientos. Y la manera en la que se establece marcará al niño, también de adulto. Esto lo sabe muy bien Rafael Guerrero, psicólogo madrileño de 37 años y doctor en Educación. Lo cuenta en el libro Educación emocional y apego. Pautas prácticas para gestionar las emociones en casa y en el aula (Libros Cúpula), que ha publicado el pasado septiembre. Guerrero es profesor en la Universidad Complutense de Madrid. Y se nota, porque se desvive explicando con elocuencia lo que más le preocupa: que todo el mundo disfrute del apego seguro, una especie de colchón emocional con el que resistir los golpes de la vida. Y es que solo lo disfruta el 60% de la población. El resto, avisa, convive con un vínculo inseguro que magulla la existencia. Lo bueno, es que “se puede reparar en cualquier momento, hasta con 70 años”, cuenta.
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