¡Deja que tu hijo sea salvaje!

Durante mi niñez, las costras se lucían como heridas de guerra, la mercromina era el eyeliner diario y las tiritas representaban los galones que llevábamos por nuestros triunfos en la calle. Nos caíamos, rodábamos, resbalábamos y tropezábamos con frecuencia. Era la ley de la jungla. Porque claro, nosotros jugábamos en la calle.

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[fa type=»file-text»]  Fuente: El Mundo
[fa type=»camera”]  Fuente de la imagen: Pixabay

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