My wife and I swapped traditional parenting roles. It’s been harder than we expected.
Cuando dejé de trabajar para quedarme en casa con el bebé, nuestros familiares y amigos no me apoyaron del todo.
La decisión tenía sentido. Tanto Anna como yo somos diplomáticos (de rango medio). Nuestro empleador, el Departamento de Estado, apoya la flexibilidad profesional, especialmente cuando se trata de niños. Mi trabajo me esperaría.
Más importante aún, nos sentíamos incómodos con la idea de dejar a nuestro bebé con extraños.
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[fa type=»file-text»] Fuente: Washington Post