El prototipo de madre que presentaban las series hasta hace no mucho era el de mujeres comprensivas, con paciencia infinita y capacidad de escucha sobrehumana. No siempre eran amas de casa: la madre de El príncipe de Bel Air trabajaba fuera de casa. También había madres solteras: la protagonista de Murphy Brown, una periodista exalcohólica interpretada por Candice Bergen, decidía criar sola al hijo del que espera. Este giro en la trama fue tan polémico que el entonces vicepresidente de Estados Unidos, Dan Quayle, lo criticó: iba contra la idea de la familia tradicional. Era 1992.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País