El ritmo de vida que llevamos, las demandas laborales y una exigencia personal excesiva acaban afectando a las familias y generando graves consecuencias personales en algunos casos, como el ocurrido recientemente con el padre que olvidó a su hija en el coche en la puerta de la guardería.
Según Verónica Rodríguez Orellana, terapeuta y directora de Coaching Club, «el ritmo de vida diaria incide en nuestros hijos y en el resto de personas que nos rodean.
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC