El anuncio de la vicepresidenta, Carmen Calvo, de obligar por ley a que los consejos de administración de las grandes empresas sean paritarios (al menos un 40% de representantes de un género) ha resucitado el debate de si las cuotas de género funcionan realmente o si, por el contrario, son un instrumento discriminatorio de la mujer y que va en contra de su propia valía.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia