El caso reciente de un padre condenado por abofetear a su hija tras negarse a hacer los deberes nos demuestra que, aunque se haya luchado con ahínco los últimos años por los derechos y respeto de todos los menores, la disciplina con violencia sigue vigente. Este progenitor ha sido condenado a 56 días de trabajos en beneficio de la comunidad por las lesiones que le causó a su hija que tardaron ocho días en curar. También se le ha interpuesto una orden de alejamiento. El tribunal ha establecido en su sentencia que «en ningún caso puede entenderse que el derecho de corrección justifique el que un padre golpee a una hija menor de edad». Pegar a tu hijo es ilegal y así lo indica la ley española. Pero, ¿qué ocurre con el hecho de dar un azote? Aunque el castigo físico está cada vez peor visto, sigue suscitando polémica entre muchos padres que consideran que su regulación supone entrometerse en su forma de educar.
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