“Me cuesta horrores cada tarde los deberes con mi hija. Es muy inteligente pero muy vaga. Además me cuenta cada bola para no hacer los deberes que te mueres”. Esta podría ser la frase de cualquier madre “pero es de la madre de una chica que he visto hace poco en la consulta por problemas de actitud frente a los estudio”, explica el neuropediatra Manuel Antonio Fernández. A pesar de que en muchas ocasiones hay problemas detrás de estas palabras, en esta ocasión, esta paciente no padece TDAH, dislexia ni ningún otra dificultad para estudiar o aprender, simplemente tiene poca motivación.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Razón