Siete de cada 10 mujeres apenas se miran al espejo y, si lo hacen, sienten que la imagen que este les devuelve es peor (o mucho peor) que la que veían antes de ser madres. Ni se gustan, ni se reconocen ni, lo que es peor, se aceptan. Se sienten presionadas por un modelo único de belleza que la sociedad, bien sea a través de los medios de comunicación o de las redes sociales, impone como objetivo al que aspirar y que no toma en consideración los profundos cambios físicos y psicológicos por los que pasa una mujer tras el parto.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Chelsea fern | Unsplash