Hay menos casos de acoso escolar, pero son más crueles, más violentos, más graves. Esta es la principal conclusión del último estudio sobre bullying, presentado este martes en Madrid y elaborado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, que ha detectado 590 casos en 2017, frente a los 1.207 de 2016. Los expertos atribuyen este descenso a que han bajado los sucesos más superficiales porque se detectan antes gracias a la mayor concienciación social. Pero en casi la mitad de los casos atendidos, la frecuencia y la intensidad del acoso fue aumentando con el tiempo. Las víctimas tardan más de un año en contar lo que les ocurre. El 90% de los afectados sufren trastornos psicológicos, como ansiedad o síntomas depresivos. Viven con miedo permanente.
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